Mes de la mariposa en Kolijke: Un breve homenaje a Roberto de la Maza Elvira

Por:
En el mes de las mariposas, mi enorme reconocimiento a uno de los grandes estudiosos de este fascinante grupo faunístico: Roberto Gonzalo de la Maza Elvira.
 
Desinhibido y desgarbado en su vestir, en su ser, en su estar y en su decir; con una inteligencia que brilla día tras día y una memoria envidiable; siempre políticamente incorrecto e irreverente; dueño de su estar y no estar, de sus indescifrables sentimientos y sus introvertidos sueños; caminante incansable de los senderos de la selva, siempre embebido en si mismo y en la exacta y espléndida lectura de todos y cada uno de los eventos, por más pequeños o complejos que sean, que le ofrece tan a menudo la vida silvestre. Lo que le ha valido el justo reconocimiento de su enorme saber, de propios y extraños; de los que conocemos la enorme, rica e innovadora historia de sus investigaciones y publicaciones, que son muchas y que deberían ser lectura obligada para todos los interesados en temas de lepidopterología y biogeografía, temas en los que, al menos yo personalmente lo reconozco como una de las personas más conocedoras a cualquier nivel y en cualquier medio.
 
Libre, como las mariposas que lo han extasiado y atareado desde que era un niño y de las que sabe más que de su propia vida; misteriosamente silvestre, como los ecosistemas por los que ha recorrido miles y miles de kilómetros, y que conoce y reconoce como si él mismo los hubiese creado y diseñado.
 
Hace ya algunas décadas tuve la enorme suerte de conocer a este especial ser humano gracias a que el azar nos reunió para trabajar, pasarla bien y divertirnos juntos, y que nos dio la oportunidad de coincidir en una gran cantidad de formas de ver la naturaleza, su manejo y su conservación. Tan es así, que en los años ochenta emprendimos y forjamos juntos un sueño, un enorme y grandioso sueño que con el tiempo hemos logrado concretar y elevar a niveles insospechados en aquel entonces: el establecimiento del “Proyecto Kolijke”.
 
Considerándome su seguidor número uno y su aprendiz más insistente, a este incansable y creativo naturalista, convencido conservacionista y reconocido investigador de la vida silvestre, le debo mucho: le debo la pasión por sentirme parte de los espacios naturales, lo poco que de la selva, el invaluable interés por las formas de vida pequeñas en tamaño pero enormes en importancia biológica, ecológica y evolutiva. Le debo también mi cotidiano y apasionante quehacer en nuestro entrañable “Kolijke” y una grandiosa muestra de indescriptible cariño para con mi familia: la dedicatoria de una nueva y hermosa especie de mariposa que él descubrió y describió, Dircenna maricarmen, a mi amadísima esposa María del Carmen Valverde Valdés, “Queca” (Q.E.P.D.).
 
Gracias, querido maestro, compañero de inolvidables experiencias y aventuras, socio co-fundador de Kolijke y, sobretodo, incondicional amigo.
 
¡Gracias, Roberto Gonzalo de la Maza Elvira, muchas gracias por todo en nombre de las mariposas de México, en nombre de Kolijke y en el mío propio!
 
Con todo mi reconocimiento, tu amigo siempre.
 
Arcadio.